Un macizo y esculpido sargento estadounidense somete a una "inspección" muy especial a un nuevo recluta. El joven soldado blanco es sumiso, obediente y está desesperado por demostrar su valía. Y en el ejército, un buen soldado nunca cuestiona las órdenes de su superior. El sargento -un negro dominante y poderoso- decide poner a prueba al novato. Le ordena que se ponga de rodillas y le chupe su gruesa y dura polla negra. No hay elección. Es una orden directa. Y la cosa no acaba ahí: el recluta tiene que ofrecer su culo prieto y virgen, listo para ser penetrado por su oficial al mando. En el ejército, sigues todas las órdenes... especialmente las que te obligan a rendirte por completo.