Sirviendo a ese culo blanco
Markiza ya se ha masturbado tres veces hoy, pero no es suficiente. Su polla sigue dura y sólo hay una forma de calmarla: enterrarla en una boca húmeda y obediente. Así que hace una llamada rápida. No necesita explicárselo: Yo, su leal culo francés, sabe exactamente lo que le espera. En 20 minutos, Yo está en la puerta, arrodillado ante la polla de su amo, listo para servir. Markiza agarra a Yo por el pelo y le mete su gruesa polla hasta el fondo de esa garganta entrenada. No es su primera vez, ni será la última. Después de una descuidada sesión de garganta profunda, es hora de agacharse. Yo presenta su culo blanco y liso, y Markiza se lo folla como si fuera su juguete personal. Esto no es amor. Es rutina. Un árabe dominante manteniendo lo que le pertenece: la polla primero, sin sentimientos, sólo placer y control.
Yo gime, lo toma todo y le da las gracias después. Exclusiva de Citebeur: una relación normal, una dinámica de propiedad pura y una top cachonda que no descansará hasta vaciarle las pelotas.